Geo de Lazana

Geo, elaborado desde el 2012

Tipo de leche:

Cruda de Vaca

Tipología:

Pasta blanca

Maduración:

al menos 60 días

Intensidad:

Media-alta

Curación:

Enzimática

Peso neto:

900 g (aprox.)

placer que mejora
con el tiempo

placer que mejora con el tiempo

Elaborado con leche cruda de vaca, procedente de ganaderías que cuidan cada detalle para ofrecer una materia prima viva y pura.


Su corteza anaranjada, ligeramente húmeda, puede mostrar en ciertas épocas una delicada capa blanca de Penicillium, testimonio natural de su afinado tradicional y garantía de autenticidad.

 

Al corte, el queso revela un amarillo cálido y luminoso, que se acentúa en primavera y verano, cuando el ganado se alimenta de pastos frescos y flores silvestres. Su pasta semiblanda y flexible, salpicada de pequeños ojos irregulares, refleja la vida interior del queso y la sabiduría artesanal de quienes lo elaboran con paciencia y respeto por la tradición.

Geo-lazana-queso

Notas de cata

Un aroma que invita

Al acercarlo, se sienten notas frescas a setas, champiñón y campo húmedo, mezcladas con el toque lácteo de la mantequilla y la nata. Un olor que se vuelve más intenso y profundo con el paso de los días.

Suave y cremoso

Al probarlo, se siente el equilibrio perfecto entre elasticidad y suavidad. Se funde lentamente, dejando esa sensación envolvente que solo tienen los quesos bien afinados.

Sabor con personalidad

Primero notas dulces de yogur y mantequilla, luego toques herbáceos, y al final un guiño de frutos secos. Joven es tierno y lácteo; con la maduración, se vuelve más intenso y atrevido.

Cómo disfrutarlo

Pruébalo con panes suaves, frutos secos. Si es joven, marida de maravilla con un Gewürztraminer o un Riesling bien frío. Si ya tiene más maduración, atrévete con un Chardonnay con cuerpo o un Sauvignon Blanc.

El tiempo perfecto

Este queso tiene su propio ritmo: joven es amable y delicado, en su punto medio es pura cremosidad, y con más maduración se vuelve profundo y emocionante. Disfrútalo en cada etapa.

Un pequeño secreto

Déjalo respirar fuera del frigorífico un par de horas antes de servirlo. Así mostrará todo su aroma y textura cremosa. Es un queso vivo, que sigue evolucionando con el tiempo y pocos resisten tanto sin acabárselo antes.