SABOR
Sabor intenso, largo y armonioso. En el primer contacto destaca una acidez elegante, seguida de suaves notas dulces de nata y mantequilla cruda. Predominan los aromas lácteos y herbáceos, con sutiles matices animales y de fermentación bien integrados. El final deja recuerdos de avellanas secas, mantequilla y un toque de pimienta. La corteza, comestible, suma complejidad con matices fúngicos y un delicado amargor.
OLOR
De intensidad media que crece con el tiempo. Ofrece aromas lácticos a nata y mantequilla cruda, combinados con matices vegetales de heno y hierba fresca. Surgen también notas animales sutiles y perfectamente integradas. La corteza aporta un carácter fúngico y terroso que recuerda a setas, tierra húmeda y vegetales fermentados, creando un perfil aromático complejo y natural.
TEXTURA
Posee una mantecosidad envolvente, una adhesividad media y una excelente solubilidad. La sensación granulosa es fina y agradable al paladar. En conjunto resulta cremoso, con buena cohesión y fundencia. Si se degusta con su corteza, aparecen notas terrosas y una ligera astringencia que enriquecen el conjunto, aportando equilibrio y profundidad.
CORTE
El queso muestra un interior limpio y homogéneo, de color amarillo marfil que se acentúa en las estaciones cálidas. Su pasta, semiblanda y flexible, revela pequeños ojos repartidos de forma irregular, signo de su fermentación natural. Al tacto resulta elástica y ligeramente húmeda, con una textura satinada que anticipa su cremosidad en boca. Su aspecto refleja la pureza de la leche y la tradición artesanal de su elaboración.